Elegir si queremos ofrecer a nuestro bebé lactancia materna o lactancia artificial es una de las decisiones más importantes que tomaremos por nuestro hijo. Pese a ello, en muchas ocasiones, las mamás eligen una u otra sin tener en cuenta todo lo que ello implica, ventajas e inconvenientes.
Esta desinformación, sumada a las horas de falta de sueño, conlleva a una enorme frustración en muchas familias. Por ello, quiero compartir con vosotras las principales ventajas e inconvenientes de ambas lactancia que debéis tener en cuenta cuando debáis tomar esa decisión.
Lactancia materna: ventajas
El cuerpo de la mujer es maravilloso. Durante nueve meses construimos un nuevo ser con sus 20 deditos, sus ojos preciosos y sus mofletes perfectos a partir de un óvulo y un espermatozoide diminutos. Alrededor de la semana 14 de embarazo, nuestro cuerpo empieza a producir calostro, el alimento nutritivo ideal para que el bebé coja peso rápidamente las primeras horas de vida a base de proteínas, grasas e hidratos de carbono. Por si esto fuera poco, a las 48h de haber dado a luz se produce lo que popularmente se conoce como la subida de la leche. A partir de ese momento, nuestro cuerpo empieza a fabricar la leche idónea para nuestro bebé. ¿Qué significa esto de idónea? Pues que la composición variará según las necesidades específicas de nuestro hijo. A continuación, os resumo las ventajas más importantes:
1. Recomendada por la Organización Mundial de la Salud
Desde hace ya unos años, la Organización Mundial de la salud recomienda la lactancia materna exclusiva durante seis meses. A partir de entonces, se debe empezar con la alimentación complementaria sin abandonar la lactancia materna hasta los 2 años o más.
La OMS asegura que la leche materna es la forma ideal de aportar a los niños pequeños los nutrientes que necesitan para crecer y desarrollarse saludablemente.
2. Combate las infecciones del bebé
Una de las razones por las que organizaciones tan importantes como la OMS o la APP (Academia Americana de Pediatría) recomiendan la lactancia materna es por su capacidad de combatir contagios y otras afecciones en el bebé.
De hecho, los bebés amamantados contraen menos infecciones puesto que la leche materna les nutre de anticuerpos que refuerzan su sistema inmunitario.
3. Es gratis y siempre está disponible
Otra de las grandes ventajas de la lactancia materna, aunque parezca una nimiedad, es el hecho de que es gratuita, a diferencia de la leche de fórmula, cuyo precio aumenta cada año.
Por otro lado, no hay que tener en cuenta cuánto come el bebé, dado que la madre producirá la cantidad de leche que él necesite y la tendrá siempre disponible, sin necesidad de calentar ningún biberón.
4. Es nutritiva, digestiva y tiene distintos sabores
Como comentábamos antes, la leche materna varía su composición para ofrecer al bebé exactamente lo que necesita en cada etapa de su desarrollo. En este sentido, y a diferencia de la leche artificial, sus componentes (lactosa, proteína y grasa) son fáciles de digerir para un recién nacido. Este es uno de los motivos por los cuales los bebés amamantados tienen menos episodios de diarrea o estreñimiento.
Por otro lado, la leche materna no siempre sabe igual, los alimentos que haya comido la madre influyen en su sabor. Gracias a esto, los lactantes alimentados a base de leche materna están más acostumbrados a los cambios de sabor y aceptan con más facilidad los alimentos sólidos.
5. Fomenta el vínculo afectivo entre la madre y el bebé
Este es uno de los principales motivos por el que las madres optan por la lactancia materna. Amamantar a tu hijo puede ser una experiencia maravillosa para estrechar el vínculo afectivo con la madre tan importante en el desarrollo del bebé.
Este vínculo se logra desde el momento del nacimiento, inmediatamente después del parto, con el contacto piel con piel. Este contacto, donde el bebé buscará de forma instintiva el pecho de su madre, es crucial para que la lactancia se instaure de manera correcta y evitar así posibles problemas en el futuro.
6. Es beneficiosa también para la madre
Algo que me sorprendió cuando me informé sobre las ventajas de la lactancia materna fue que también tenía beneficios para la madre. Uno de los más relevantes es la reducción del riesgo de cáncer de mama, cáncer de útero y de ovario.
Asimismo, la lactancia materna también ayuda a contraer el útero, por ello, las madres que dan el pecho suelen perder peso más rápido y recuperar antes su cuerpo previo al embarazo.
Lactancia materna: inconvenientes
Puede parecer que, después de todo lo que has leído, la lactancia materna no tenga inconvenientes. Y es que muchos médicos se quedan únicamente con los beneficios de dar el pecho, que son muchos. Sin embargo, es indispensable hablar también de la parte negativa para que las futuras mamás puedan tomar una decisión informada.
1. Dolor y molestias en el pecho
Algo que, probablemente, te dirán en varias ocasiones es que dar el pecho no debe doler, si duele es que la lactancia no está bien establecida. Y aunque eso es cierto, es importante saber que durante las primeras semanas sentirás un dolor un intenso al inicio de las tomas, que no tiene que durar más de un minuto.
Desafortunadamente, muchas madres experimentan dolor durante toda la toma, lo que puede causar que tenga los pezones doloridos y la aparición de grietas que dificultan todavía más la lactancia, Además, las grietas pueden ser el origen de infecciones, que deberán ser tratadas con probióticos o antibióticos dependiendo de su gravedad.
En la mayoría de ocasiones, este dolor suele ser consecuencia de un mal agarre del bebé, por lo que es crucial que nos visitemos con la matrona o un especialista en lactancia para revisar el agarre. En caso de que sea el correcto, el dolor puede deberse a un frenillo lingual corto. Cuando eso ocurre, es necesaria una rápida intervención quirúrgica para cortarlo y que así el bebé tenga una técnica de succión efectiva e indolora.
2. Tiempo y dedicación
La lactancia materna es extremadamente sacrificada. Alimentar a tu bebé recién nacido exige una importante cantidad de tiempo por parte de la madre.
Cuando se introdujo la leche de fórmula, los médicos empezaron a recomendar que las tomas fueran “cada 3 horas durante 10 minutos en cada pecho”. El objetivo era medir y controlar la leche que tomaba el bebé dado que, en ocasiones, era de baja calidad. Desgraciadamente, esta restricción se trasladó también a la lactancia materna y, con ello, muchas mujeres se “quedaron sin leche” porque el bebé no estimulaba lo suficiente el pecho.
Para evitar estos problemas, desde hace ya algunos años la lactancia es a demanda. Esto significa tantas veces como quiera, el rato que quiera y cuando quiera. Los primeros meses de vida, el bebé no distingue entre el día y la noche por lo que demandan pecho constantemente sin importar que sean las 3 de la madrugada
Además, hasta que la lactancia no está bien instaurada, alrededor de las 6 semanas, se desaconseja el uso de chupete y tetinas de biberón, por lo que la única persona capaz de alimentar al bebé es la mamá. Independientemente de las horas que hayas dormido o de lo cansada que estés, la responsabilidad de su alimentación será 100% tuya.
3. Dieta restrictiva y medicamentos prohibidos
Si los 9 meses de embarazo te los pasaste anhelando una copa de vino o un tartar de atún rojo, tengo malas noticias. La lactancia materna es incompatible con el alcohol y con los pescados ricos en mercurio. Además, el consumo de cafeína también se debe limitar ya que puede provocar irritabililidad en el bebé.
Cuando una madre que da el pecho consume alcohol, esta sustancia llega al bebé a través de su leche. Por ello, después de tomar bebidas alcohólicas, deberás esperar alrededor de dos horas (dependiendo de la cantidad ingerida) y extraer la leche con un sacaleches antes de ofrecer el pecho de nuevo a tu bebé.
Aunque pueda parecer relativamente fácil, la cosa se complica los primeros meses. ¿Por qué? Como acabamos de ver en el punto dos, la lactancia es a demanda, por lo que, sobre todo al principio, es imposible saber cuándo el bebé volverá a tener hambre…
Por otro lado, algunos medicamentos son incompatibles con la lactancia y, aunque existen muchas alternativas, es imprescindible asegurarnos de que los medicamentos que tomamos no afectan a la salud del bebé. Para hacerlo, os recomiendo la web de e-lactancia.org donde pediatras y farmacéuticas de APILAM indican la compatibilidad de más de 30.000 fármacos.
4. Condiciones médicas en la madre
Aparte de los tres puntos que acabamos de ver, en algunas ocasiones en las que la mamá padece alguna afección médica no se recomienda la lactancia materna.
Si sufres alguna enfermadad o tomas medicamentos de manera habitual y quieres amamantar a tu bebé, deberás consultar con tu médico para valorar si existe alguna contraindicación.
Además, las mujeres que se han sometido a cirugías mamarias, como un aumento de pecho, pueden tener problemas para dar el pecho si la intervención ha dañado los conductos. En estos casos, también se recomienda trabajar con un especialista en lactancia para evaluar la viabilidad de la lactancia materna.
Lactancia artificial: ventajas
La necesidad de ofrecer una alternativa a la leche materna ha existido siempre. Ya sea por la muerte de la madre durante el parto o por una hipogalactia (producción insuficiente de leche), desde las civilizaciones más antiguas los humanos siempre hemos buscado opciones para sobrevivir. Todos hemos escuchado de aquel abuelo que fue alimentado con leche de burra o que nuestra bisabuela dio el pecho al hijo de la vecina, porque esta no tenía.
Aunque las primeras leches de fórmula datan de mediados del s. XIX, lo cierto es que no fue hasta la revolución industrial cuando alcanzó su mayor popularidad. Gracias a unas campañas de marketing en las que se vendía la leche artificial como el “mejor alimento para los bebés” y la incorporación de la mujer al mundo laboral, la lactancia materna disminuyó radicalmente en favor de la leche de fórmula en el s.XX.
Pese a que organizaciones como la OMS aseguran que la leche materna es el mejor alimento que podemos ofrecer a nuestros bebés, la leche artificial de la que disponemos actualmente, a diferencia de la que se ofreció en un pasado, es una alternativa igualmente saludable para nuestro bebé.
1. Comodidad y flexibilidad
Uno de los mayores beneficios de la lactancia artificial es que ambos progenitores pueden compartir esa responsabilidad. A diferencia de la lactancia materna donde todo el peso de la alimentación recae en la madre, especialmente las primeras semanas, la lactancia artificial ofrece la posibilidad de compartir la tarea y así, involucrar más al papá en este proceso tan importante en su desarrollo.
Asimismo, la madre dispone de más libertad, al poder dejar al bebé con su pareja o los abuelos para que lo alimenten. La vuelta al trabajo es también más fácil, dado que la mamá no necesita extraerse leche ni empezar la “operación destete”.
Además, gracias a la lactancia artificial, los padres pueden aprovechar este momento para estrechar su vínculo afectivo con el bebé.
2. Frecuencia de las tomas y sueño del bebé
El hecho de que la leche artificial sea más difícil de digerir que la leche materna hace que las tomas se realicen con menos frecuencia. Esto implica que el bebé puede dormir más horas seguidas, ya que no se despertará de hambre con tanta frecuencia, y los papás podrán dormir más tiempo antes de tener que levantarse de nuevo para alimentarlo.
3. Dieta y medicamentos
Una de las grandes preocupaciones de las mamás embarazadas es la dieta que deben seguir. Con la lactancia artificial puedes olvidarte de todas esas restricciones ya que podrás comer y beber de todo lo que quieras sin que afecte a la salud de tu bebé.
Además, las mamás que optan por la leche de fórmula no deben sufrir por los medicamentos que toman.
Lactancia artificial: inconvenientes
La leche artificial, del mismo modo que la materna, también plantea una serie de inconvenientes que todas las madres deben tener en cuenta a la hora de decantarse por una o por otra. A continuación te enumeramos los retos que plantea este tipo de lactancia.
1. No tiene anticuerpos ni se adapta al bebé
A diferencia de la leche materna, que ayuda a combatir las infecciones que padece el bebé, la leche artificial carece de anticuerpos.
Asimismo, aunque existen diferentes tipos de leche de fórmula según la edad del lactante, ninguna de ellas alcanza la complejidad de la leche materna que sí cambia para adaptarse a las necesidades nutricionales de tu bebé.
2. Planificación y preparación
La leche de fórmula requiere de mucha organización ya que, a diferencia de la leche materna no siempre está disponible, ni a la temperatura ideal. Por ello, los padres tienen que anticipar y planificar la compra de la cantidad de leche necesaria para su bebé.
Además, cuando el bebé quiera tomarla, deberán preparar y calentar la leche antes de ofrecérsela y limpiar y esterilizar las tetinas y los biberones tras su uso.
3. No es digestiva
Como ya hemos comentado, la leche de fórmula no es tan digestiva como la leche materna.
Aunque eso tiene algunas ventajas para los padres, como descansar mejor por las noches, en los bebés puede producir gases y estreñimiento y, por ende, irritabilidad.
4. Precio elevado
La leche artificial tiene un coste más elevado que la leche materna. Pese a que esta última muchas veces se complemente con vitaminas o probióticos, el precio de la leche de fórmula es mucho más significativo.
Aunque el coste depende de la variante (en polvo, concentradas o listas para su uso), se estima que el valor de alimentar a un bebé con leche artificial ronda los 1.500€ anuales. Además, hay que tener en cuenta de que leches especiales, como puede ser la de soja o leches hipoalergénicas, son todavía más caras que las normales.
¿Cuál elijo?
No puedo ser imparcial en este aspecto; yo opté por la lactancia materna y no me arrepiento. En un primer momento, me ayudó a ganar confianza en mí misma sobre mi capacidad para cuidar de mi bebé y no cambio por nada esos momentos en los que, mientras come, me mira fijamente a los ojos y me sonríe.
Dar el pecho es algo maravilloso si realmente quieres hacerlo y lo disfrutas. Sin embargo, no es algo que recomendaría a la ligera a una madre primeriza, ya que es tremendamente agotador y muy sacrificado.
Creo que la mamás debemos tomar la decisión teniendo en cuenta todo: ventajas e inconvenientes. Si únicamente lo hacemos fijándonos en la parte positiva, podemos sentirnos engañadas, abandonar la lactancia materna y sentirnos malas madres por haberlo hecho.
Con las recomendaciones de organizaciones como la OMS o la APP, muchas madres que deciden hacer lactancia artificial suelen sentirse juzgadas. Es más, he leído y escuchado en varias ocasiones comentarios como “es totalmente respetable pero…”. Cada familia es un mundo y cada madre tiene una situación personal diferente al resto que, probablemente desconozcamos. Por ello, es muy importante no juzgarnos entre nosotras, la maternidad ya es suficientemente complicada como para tirarnos piedras.
Sea cual sea tu elección, tu hijo estará bien alimentado. Lo más importante es que tú también disfrutes de estos momentos para poder ofrecerle a tu bebé la mejor versión de ti misma.
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