¿Sabías que un bebé de 10 meses es capaz de entender y repetir mentalmente muchas de las palabras que le decimos? Sin embargo, su boca, lengua y cuerdas vocales no son lo suficiente maduros y todavía no tienen la fuerza para poder hablar.
El Baby Signing o Lengua de Signos es un método que permite comunicarnos con nuestro bebé con las manos y reducir así su frustración cuando intenta decirnos algo y no lo entendemos.
Probablemente, si has llegado hasta este post, has sentido en más de una ocasión la impotencia de ver llorar o quejarse a tu bebé y no has podido entender qué quería o necesitaba en ese momento.
¡No te preocupes, estás en el sitio idóneo!
Muchas mamás y papás aseguran que el aprendizaje de la lengua de signos hace que los bebés no tengan la necesidad de aprender a hablar y que puede llegar a retrasar el habla. ¡Nada más lejos de la realidad!
De hecho, algunos estudios sugieren, que aprender a comunicarse con lengua de signos no solo no retrasa el habla sino que mejora el desarrollo del lenguaje, aumenta la autoestima y la confianza en uno mismo y facilita la sociabilización.
¿Cómo puedo enseñar lengua de signos a mi bebé?
Lo más importante es tener en cuenta la edad del peque, ya que si todavía no domina la motricidad fina (el movimiento de los dedos de las manos, principalmente), será más complicado que empiece a signar. Por ello, los expertos recomiendan empezar a signar entre los 6 y los 18 meses.
En nuestro caso, a los 6 meses empezamos pero como Pau no le prestaba especial atención a las manos, lo atrasamos un par de meses más.
Como ya sabéis, en esto de la maternidad, cada niño es un mundo, mi recomendación es que estéis muy atentos, hay un momento en el que los peques empiezan a fijarse mucho en las manos, especialmente cuando gesticulamos al hablar. Para nosotros, ese fue el detonante que nos hizo volver a intentarlo tras el primer intento “fallido”.
Una vez hayáis detectado este momento y estéis dispuestos a intentarlo, os detallo a continuación 4 tips que os serán muy útiles para no desesperar en este arduo, pero reconfortante, camino hacia el Baby Signing.
¡Empezamos!
1. Empieza por pocas palabras
No se trata de agobiar al peque con demasiadas palabras. Nadie empieza a hablar y ya conoce todas las palabras del diccionario, ¿verdad? Con la lengua de signos ocurre lo mismo.
Escoged 4 o 5, que sean útiles en el día a día y no añadáis más hasta que no empiece a signar. Es importante que sean palabras que usáis cotidianamente para poder ir repitiéndolas a menudo. Hay familias que prefieren empezar con alimentos, por ejemplo, para que el bebé pueda decidir desde muy pequeño qué quiere comer. Esto es especialmente útil si os habéis decantado por el Baby Led Weaning (BLW).
Otras familias prefieren utilizar palabras de “acción” y se centran más en las diferentes actividades que realizan a lo largo del día: comer, dormir, jugar, bañarse, etc.
2. Haz el signo SIEMPRE que digas la palabra
Aunque pueda parecer muy obvio. Este es uno de los grande fallos a la hora de enseñar Baby Sign a los bebés. Realizar el signo cada vez que decimos la palabra es primordial para que su cerebro asocie ese sonido con el gesto en concreto.
Además, esta es una buena manera de enseñarle más de un idioma al bebé, aunque para ellos el tema de los idiomas es algo muy abstracto, cuando haya aprendido el signo y entienda el concepto al que se refiere podrá empezar a entender que esa misma acción u objeto puede llamarse de varias maneras.
3. Realiza la acción justo después de signar
Como hemos dicho, el idioma es algo muy abstracto para los bebés, por eso es IMPORTANTÍSIMO realizar la acción, ofrecer la comida o señalar el objeto justo cuando signamos para que lo asocien al gesto.
De lo contrario, podrán llegar a entender que ese sonido se representa con ese gesto, e incluso repetirlo cuando lo decimos, pero no qué significado tiene y, no nos olvidemos: el objetivo principal de enseñar lengua de signos a tu bebé es facilitar la comunicación con él.
4. Repetir, repetir y... ¡REPETIR!
La perseverancia es quizás la clave más importante a la hora de enseñar lengua de signos a tu bebé. Puede que al principio sea algo frustrante (incluso puedes llegar a sentirte ridícula haciendo los gestos mientras repites la palabra sin parar) pero un día hará un esbozo de lo que creéis que es un signo y, a partir de ese momento, todo cambiará.
Cuando tu bebé vea que puede comunicarse de este modo, empezará a aprenderlos todos más rápidamente y podréis ir añadiendo más y más signos que van a reforzar vuestra comunicación. ¡No desesperéis!
¿Te atreves a signar con tu bebé?
La ejecución del primer signo depende de muchos factores, como comentábamos al principio, siendo la edad uno de los más importantes, pero también la etapa del desarrollo en la que se encuentran, especialmente por la memoria, la atención y la imitación que puede variar significativamente entre niños de edades muy similares. Por ello, mi consejo es que no os frustréis antes de tiempo y, sobre todo, que no comparéis a vuestro bebé con ningún otro, cada uno lleva su ritmo.
La lengua de signos es una manera muy bonita de mejorar la comunicación temprana con tu bebé. Además, este tipo de comunicación ayuda a reducir las rabietas en los momentos que no pueden comunicar lo que sienten y ayudan a fomentar el vínculo afectivo entre el bebé y sus padres.
Y tú, ¿te atreves a enseñar lengua de signos a tu bebé? ¡Te leo en comentarios!
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