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5 actividades para estimular la lectoescritura en casa

  • Categoría de la entrada:Maternidad
  • Tiempo de lectura:10 minutos de lectura

La estimulación de la lectoescritura en niños es crucial para su desarrollo cognitivo y emocional. La lectura y la escritura son habilidades de comunicación esenciales que permiten a los niños expresar sus pensamientos y sentimientos de manera clara y efectiva, así como entender las necesidades y deseos de los demás.

Por otro lado, la lectoescritura ayuda a desarrollar el cerebro y aumentar la capacidad de pensamiento crítico y análisis en los niños. Leer y escribir estimula la creatividad, mejora la memoria y aumenta la capacidad de atención y concentración. Todo ventajas, ¿no?

Aquí te comparto 5 actividades muy sencillas que puedes realizar desde casa para desarrollar y estimular las habilidades de lectura y escritura en tu hijo. ¡Adelante!

Cómo estimular la lectoescritura en casa

Existen diversas actividades lúdicas que podemos hacer en casa para ayudar a potenciar la lectoescritura en niños y niñas.

Lo importante es elegir actividades que sean divertidas y motivadoras para ellos, de manera que se sientan motivados a aprender y mejorar sus habilidades de lectura y escritura. Asimismo, debemos ser conscientes de la edad y de las capacidades del niño para ofrecerle actividades que sean adecuadas a su proceso madurativo y evitar así la frustración por no poder realizarlas.

1. Tarjetas Abecedario

Las tarjetas abecedario o flashcards de letras son una herramienta muy útil para estimular la lectoescritura basada en el método Montessori. Una de las principales ventajas de las tarjetas de palabras es que pueden ser personalizadas para adaptarse al nivel de habilidad del niño, por lo que pueden usarlas niños de todas las edades.

En los más pequeños, a partir de los 2 años aproximadamente, las tarjetas pueden utilizarse para enseñar nuevas palabras y mejorar la comprensión de las palabras existentes. A medida que los niños aprenden nuevas palabras, podemos usar tarjetas más avanzadas para ampliar su vocabulario y, a la vez, practicar la ortografía.

Otra ventaja de las tarjetas de palabras es que son portátiles y fáciles de usar en cualquier lugar: en casa, en los viajes en coche, en el restaurante… Por lo que son ideales para distraer a los peques en cualquier situación.

2. Rosco fonológico

Los roscos fonológicos son un juego muy útil y divertido para que los niños aprendan a reconocer y asociar los sonidos de las palabras con las letras que los representan.

Estos roscos están formados por en una serie de tarjetas con imágenes de objetos que empiezan con una letra en particular y otros objetos que no. La actividad consiste en identificar las imágenes que empiezan por esa misma letra y marcarlas con una pinza o un sticker. De este modo también estaremos trabajando la motricidad fina, una habilidad muy importante para que los peques aprendan a escribir.

Al practicar con estos roscos, los niños mejoran su capacidad para reconocer los sonidos que corresponden a cada letra y los asocian con el sonido que representa.

Del mismo modo que las tarjetas de palabras, los roscos fonológicos se pueden usar desde muy temprana edad, a partir de los 2 años, aproximadamente.

3. Puzles de letras

Si tu hijo, como el mío, es un amante de los puzles, ¡esta actividad le va a encantar! Los puzles con letras ayudan a los niños a reconocer y recordar las letras del alfabeto y, del mismo modo que el rosco fonológico, también estaremos potenciando la motricidad fina de nuestro peque. 

Además, según la edad del niño, podemos elegir entre las múltiples opciones de puzles de letras que existen: los de encajar las letras, los puzles que relacionan la primera letra de la palabra con su imagen o los puzles de palabras enteras. Si buscáis una opción más económica, os dejo aquí unos puzles de abecedario imprimibles

Los puzles de encaje de letras se pueden usar en niños muy pequeños, a partir de los 18 meses. Es un modo didáctico de despertar curiosidad por las letras. Cuando son algo mayores, alrededor de los dos años, podemos empezar con los segundos puzles, los que relacionan las iniciales con la imagen. Este tipo de puzles ya empieza a trabajar la conciencia fonológica del niño y más adelante, podemos introducir los puzles de palabras enteras.

Antes de los 5 años, es recomendable usar siempre puzles con imágenes para que sean más fáciles de relacionar y no frustremos a nuestros peques.

4. Plantillas de letras

Otra forma muy divertida de introducir el concepto de la lectoescritura a los niños es utilizando plantillas de letras que los niños pueden rellenar con diferentes materiales como plastilina, stickers y botones, o bien pintarlos con lápices de colores o pintura de dedos.

Estas plantillas permiten a los niños practicar la formación de las letras sin tener que preocuparse por su escritura correcta. Además, de esta forma, pueden adquirir confianza en su capacidad para escribir y aumentar su interés por la lectoescritura.

Además, las plantillas de letras pueden ser utilizadas como una herramienta para mejorar la motricidad fina de los niños. Al utilizar plastilina o pinturas para rellenar las letras, los niños tienen que aprender a controlar su fuerza y precisión en los movimientos de sus manos y dedos, lo que les ayuda a mejorar su coordinación y habilidades motoras finas.

5. Bingo de imágenes

Los bingos de imágenes son una divertidísima manera de aprender el alfabeto jugando. Del mismo modo que el bingo tradicional, este juego educativo consiste en varias tarjetas de imágenes que se pueden colocar en una bolsa para ir sacándolas y anunciándolas una a una. Los jugadores tendrán a su vez una tabla con algunas de esas imágenes y deberán marcarlas cuando se anuncien. El primer jugador en completar la tabla de imágenes marcadas grita “¡Bingo!” y gana el juego.

Los bingos de imágenes son una herramienta útil para estimular la lectoescritura en niños ya que promueven la asociación entre la imagen y la palabra correspondiente. Al jugar al bingo, los niños ven la imagen y escuchan la palabra hablada en voz alta cuando se saca la tarjeta, y luego la leen en su tabla. De esta manera, se les ayuda a reconocer la relación entre la imagen y la palabra escrita, lo que mejora su capacidad para leer y escribir.

Además, los bingos de imágenes pueden ser una actividad divertida y motivadora para los niños, lo que los hace más propensos a querer participar en ella y a dedicar tiempo a practicar su lectoescritura de manera lúdica.

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